Asanas suaves y restaurativas
Coloca una manta bajo las rodillas y un cojín bajo el pecho. Deja caer la frente a un bloque suave. Permite que la espalda se ensanche con cada exhalación. Quédate dos minutos, respirando como si abrieras ventanas.
Asanas suaves y restaurativas
Acostada, rodillas al pecho y déjalas caer a un lado. Brazos en cruz, mirada hacia el lado opuesto. La torsión masajea órganos y espalda baja, drenando el exceso de energía nerviosa. Respira profundo cinco ciclos por lado.